Dices que vas a un concierto de música antigua y mucha gente te mira raro: en plan “no sabía que se hacían conciertos de grandes éxitos de los ochenta”, o como si acabase de resucitar Antonio Machín. Si además cuentas que además vas a participar en el concierto, y que la música antigua en cuestión ronda los cuatrocientos años.... Pues sí que es antigua.

Y en general desconocida para el gran público. Hasta hace no tanto era cosa de pequeños círculos de iniciados que se pasaban discos y fechas de conciertos de solistas y grupos pioneros. Conjuntos lanzados a exhumar verdaderas joyas en el repertorio de estos compositores, de finales del renacimiento o del barroco temprano. La mayoría de estos autores, sí, también Monteverdi, permanecían sepultados en el olvido, abrumados por el peso de las grandes figuras de la llamada “música clásica”. Veías un nuevo disco, por ejemplo, de Jordi Savall, o de Harnoncourt, o de Les Arts Florissants y te decías ¿pero de dónde se sacan estos compositores? Ese en mi libro de Historia de la Música del cole no aparecía”. Entonces lo escuchabas, y te preguntabas por qué no, cómo era posible que todas esas maravillas no fueran mucho más conocidas.

Y sí, existe un repertorio enorme más allá de los eternos Beethoven o Mozart, y más óperas aparte de las de Verdi, tan querido por aquí. Hoy podremos escuchar un poquito del “Orfeo”, una de las primeras de la historia. (Nos centramos hoy en Monteverdi y algunos, para nosotros siempre pocos, de sus contemporáneos… ) Por su frescura y flexibilidad, este tipo de obras que os presentamos puede ser ideal para que cualquiera se inicie en la clásica. Y sólo por eso habría que divulgarlas mucho más.

Ese mismo, con toda la humildad del mundo, es uno de los objetivos que aspiramos a cumplir esta tarde. Aparte, claro está, de disfrutar enormemente haciendo una música que por desgracia no es tan frecuente tener ocasión de interpretar.

A pesar de que no se necesitan grandes cantidades de gente para montar un concierto como este, os podemos garantizar que no ha sido nada fácil. Más allá de la imprescindible coordinación de agendas, hace falta encontrar no sólo alguien que sepa tocar, por decir un instrumento de estos, la tiorba; sino que en efecto, TENGA una tiorba.

(Que levante la mano en el público quien tenga una en casa) (Eh, la familia de Teresa no vale ) // (si ya sabía yo…) (¡Bueno, si sólo conocéis a alguien que tenga una, también podéis levantar la mano!). (Un laúd esta vez no hemos traído pero también vale) Tampoco viene mal encontrar alguien que sea capaz de construirse ella solita su propia viola de gamba, como Nuria. O que disponga de sitio para meter un clave -¡ese mueble verde tan chulo!-. Y siempre es conveniente conocer a alguien que tenga una furgo, para poder transportarlo (¡gracias, Patxi.!) (¡¡menos mal que en estas obras no hay timbales!!)

Probablemente lo que más nos ha complicado la labor ha sido la dificultad de conseguir locales para ensayar …) Estos tiempos en los que todo está restringido no han ayudado. Aquí queremos agradecer a …. El Aula de cultura de Getxo A … el párroco de Zamudio Miguel, cura de la Encarnación. Y especialmente a Amparo que han estado esperando pacientemente a que terminásemos de pulir las obras. y ya que estamos con los agradecimientos, no viene mal acordarse de la gente que edita partituras y las pone desinteresadamente en Internet. Nos ha venido muy bien, de verdad, porque no tenemos subvenciones, ni nada. Ya, ¿qué os esperábais?, ¿que no íbamos a hablar de la pasta? Si os gusta el concierto podéis hacernos un Bizum, o incluso haceros socios y colaborar para próximos conciertos… a ver si al menos llegamos a cubrir algunos gastos

Toda la información y el programa de mano está en la web www.allantica.org, pero por favor, en cuanto hayáis leído el código QR (que somos de Antigua, pero muy modernos) silenciad los móviles. Hala, a disfrutar.